Yoga Asana
YOGA ASANA
La postura del árbol y su simbolismo
Estamos en fechas navideñas y el árbol adquiere una importancia evidente. Por ello hemos escogido este asana (postura), ya que en la mayoría de las casas el pino está presente y se transforma en el Árbol de Navidad. ¿Te habíais preguntado alguna vez qué significa este árbol decorado? Antiguamente, la piña del pino solía culminar el Árbol de la Vida el cual se consideraba como el hogar de la Gran Madre, recipiente de sustentación, curación y transformación.
¿Cuál es la simbología del árbol en yoga?
El árbol nos pone en comunicación con los tres niveles del cosmos:
- el inframundo por medio de sus raíces que hurgan en las profundidades, podríamos pensar aquí en lo que hay debajo profundo y sepultado;
- la superficie de la tierra con su tronco y primeras ramas, poniéndonos en contacto con la tierra y todo lo terrenal y material, lo que vemos y tocamos, lo que experimentamos con los sentidos;
- y por último, la cima y las ramas superiores, conectándonos con las alturas, atraídas por la luz del cielo. Esto nos conecta con lo divino con lo trascendental y lo espiritual. Es por ello que el árbol es un conector entre el cielo y el infierno.
En yoga, el árbol es una postura firme y estable que nos lleva a la alineación del cuerpo, la firmeza y la fortaleza tanto interior como exterior. Hay un equilibrio entre las ramas, la copa del árbol representado por los brazos y la cabeza del cuerpo y sus raíces que se expanden y se anclan en el suelo por medio de las plantas y los dedos del pie. Es por medio de estas raíces que suben los nutrientes alimentado, a medida que sube, tronco, ramas y copa. Cuando estéis en esta postura podéis preguntaros sobre tus raíces, cómo se alimentan y cómo están presentes en tu vida por más que no sean visibles. De dónde obtienes tus nutrientes, tu fuerza y estabilidad.
¿Cómo se practica la postura del árbol?
En la práctica del yoga, el árbol o vrikshasana, es una postura bien conocida. Consiste en sostenerse en una pierna mientras la otra se sujeta cerca de la ingle desde la planta y abriéndose de lado. Las manos primero están con las palmas juntas a la altura del corazón para luego extenderse hacia arriba dando por finalizada la postura o asana. Al ser una postura simétrica se repetirá con la otra pierna.
Mientras practicas esta postura con tu cuerpo, deja que tu mente entre en un estado de meditación y relajación. Puedes reflexionar sobre estas preguntas: ¿Cuál es tu lugar en el mundo? ¿Dónde y cómo te sientes enraizado? ¿Qué significa esta postura para ti?
¿Qué beneficios se obtiene al practicar la postura del árbol?
Se trata de una postura de equilibrio y concentración. Su practica constante nos enseña a enraizarnos con la tierra, a aceptar que algunas veces nuestro equilibrio no es tan estable y nuestra mente pueda estar dispersa. Esta aceptación de cómo estamos, por medio de la práctica del árbol, nos permite comenzar desde ese punto de partida nuestro trabajo diario y constante.
¿Te animas a practicar esta postura diariamente estos días de fiesta?
“Si la rama quiere florecer, que honre a las raíces”, Fréderic Pacere Ttinga.
Eliana D’Alessandro
Psicóloga, profesora de Yoga y Ayurveda de Espai Aira
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